jueves, 29 de octubre de 2015

APUNTES ELECTORALES DE LAS PRIMARIAS 2015

Se incorporaron más de 2 millones de votantes entre las PASO y las Primarias y se redujo en 500 mil los votantes que habían optado por votos negativos (blanco, nulos, impugnados). Más allá de las cuestiones administrativas que  puedan explicar parte del aumento del padrón, la instalación de la idea de un voto útil para forzar un ballotage resultó efectiva. Votó más gente y  más gente lo hizo por opciones electorales positivas.

El interior de la Provincia de Bs As y las provincias de Córdoba y Santa Fe explican el 32% de los votantes de las primarias pero explican el 42% del incremento de los votantes que se incorporaron desde las PASO. En esos distritos se observaron los mayores crecimiento de los votos a Cambiemos.

El FPV ganó la elección pero perdió. Perdió simbólicamente porque las elecciones pasadas dejaron instalado en la opinión pública y en la agenda mediática una atmósfera de triunfo de “el cambio”. Se instaló entonces la idea de que la disputa que gira alrededor de la antinomia cambio/continuidad se inclinó para de cambio.


Entre las PASO y  las primarias, el FPV apenas aumentó 577 mil votos nominales. Incluso en algunos distritos consiguió menos votos que los que ya había obtenido en las PASO siendo que no fue a una interna de candidatos presidenciales.


La distancia entre las curvas (negra y azul) muestra la ineficacia en la apropiación de los nuevos votantes incorporados entre las PASO y las primarias.
Uno puede explicarse que una fuerza no haya sumado votos entre las PASO y las primarias pero se hace más difícil explicarse cómo retroceder de lo ya conseguido.
Esos distritos son en orden de magnitud de la pérdida: La Matanza, Berazategui, San Luis, Almirante Brown, Florencio Varela, Merlo, Jujuy, San Juan y Tucumán. En total en estos distritos se perdieron más de 110 mil votos. El caso Tucumán podría explicarse bajo el supuesto de las consecuencias de los conflictivos acontecimientos alrededor de las elecciones a Gobernador de esa Provincia. Sin embargo, el 20% de esa pérdida se ubica en la provincia de Buenos Aires lo que nos lleva a analizarla en mayor detalle.

La provincia de Buenos Aires, en efecto, fue la noticia destacada de la elección donde el FPV perdió el control como consecuencia de una discreta elección donde se destacó un alto corte de boleta. Los cortes de boleta los puede hacer espontáneamente el elector o se pueden inducir directa o indirectamente. Esto lo sabemos todos.

La elección de la provincia de Buenos Aires, llevaba 3 cuerpos de boleta que podían influir positiva o negativamente la tracción de votos (Presidente, Gobernador e Intendentes).

Cuando una boleta se trabaja y se milita de manera completa como una fórmula o equipo, no debieran observarse diferencias significativas. A modo de ejemplo, el siguiente cuadro muestra las diferencias observadas en el conurbano de la Provincia de Buenos Aires para las 3 categorías de candidatos del FPV ordenados por la suma de las diferencias.

Para que se entienda con claridad: si una boleta obtiene los mismos votos para las 3 categorías la suma de las diferencias es cero. Cuando el valor se aleja de cero remite a cortes de boletas (espontáneos o inducidos).


Distrito
Presidente
Gobernador
intendente
dif
presidente / gob
dif intendente / presidente
dif intendente / gobernador
suma dif abs
Berazategui
42,9
40,0
55,1
2,9
12,2
15,1
30,2
Fcio Varela
50,6
47,2
39,5
3,4
-11,1
-7,7
22,2
Avellaneda
39,1
36,7
47,1
2,3
8,1
10,4
20,8
Quilmes
40,0
35,7
32,4
4,3
-7,7
-3,3
15,3
Gral San Martín
34,5
32,4
39,8
2,1
5,3
7,4
14,8
San Fernando
29,9
27,1
22,9
2,8
-7,1
-4,2
14,1
Merlo
47,7
46,1
52,7
1,6
5,0
6,6
13,2
Ezeiza
44,3
43,2
49,6
1,1
5,3
6,4
12,8
Lomas de Zamora
44,3
42,2
47,5
2,0
3,3
5,3
10,6
San Isidro
21,0
18,8
16,3
2,2
-4,7
-2,5
9,4
Malvinas Argentinas
42,1
40,2
44,3
1,9
2,2
4,1
8,3
E. Echeverría
42,1
40,1
43,4
2,0
1,3
3,3
6,6
Alte Brown
43,0
40,4
43,3
2,6
0,3
3,0
5,9
Lanús
37,2
34,3
36,1
2,9
-1,1
1,8
5,8
Morón
31,3
29,5
32,2
1,7
0,9
2,6
5,3
Hurlingham
37,0
35,2
37,7
1,9
0,7
2,5
5,1
Tigre
28,5
26,6
26,0
1,9
-2,5
-0,6
5,0
Tres de Febrero
32,9
30,9
30,4
2,0
-2,5
-0,5
4,9
San Miguel
37,3
34,9
36,7
2,4
-0,6
1,8
4,8
CONURBANO
39,9
37,6
39,9
2,3
0,0
2,3
4,6
José C. Paz
49,5
47,5
47,9
2,0
-1,6
0,4
4,0
Moreno
46,3
44,4
45,9
1,9
-0,4
1,5
3,8
Vte López
20,1
18,4
19,8
1,7
-0,3
1,3
3,4
Ituzaingó
35,1
33,4
34,9
1,7
-0,2
1,5
3,4
La Matanza
48,2
46,7
47,5
1,5
-0,6
0,9
3,0

Los datos hablan por sí solos. Al menos 8 partidos del conurbano muestran dispersiones en los votos por categoría muy ostensibles con un sesgo hacia lo preponderancia de la categoría municipal.
Cambiemos perdió pero ganó por los motivos inversos que anteriormente señalábamos pero también porque aspiró la mayor parte de los nuevos votantes que se agregaron.

Cambiemos aumentó en casi  1,8 millones de votos respecto de las PASO, lo que representan el 72% de la suma de nuevos votantes y votantes que abandonaron votos negativos.


Obsérvese que la curva de votos de Cambiemos se mantiene cercana a la curva de incorporación de votantes lo que sugiere la apropiación de esos nuevos votantes.

Todo lo que se ubica por encima de la curva negra sugiere apropiación de nuevos votantes más la apropiación de voto útil (Córdoba, Ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Entre Ríos). Cambiemos sólo perdió votos respecto de la PASO en la Provincia de Jujuy.

El Frente Renovador también ganó porque no sólo retuvo el caudal electoral conseguido entre Massa y De la Sota en las PASO sino que aumentó en casi 700 mil votos las adhesiones lo que representan el 27% de la suma de nuevos votantes y votantes que abandonaron votos negativos.


En Jujuy, Entre Ríos y Chubut, el Frente Renovador combinó apropiación nuevos votantes y captura de votantes de otras fuerzas.

Sólo perdió votos respecto de las PASO en la Provincia de Córdoba: 302 mil votos perdidos de electores que también confluyeron en el voto útil a Cambiemos. De la Sota había sacado 632 mil votos en su provincia en las PASO de los cuales casi el 48% decidieron abandonar en las primarias al candidato que él mismo apoyó.

Stolbizer ganó porque “ya había ganado” pero perdió 150 mil votos respecto de los 769 mil obtenidos en las PASO que también pudieron ser parte del colectivo que ponderó el voto útil en Cambiemos.

Para el que perdió pero ganó, es decir Cambiemos, todos los manuales sugieren no innovar, no accionar, “hacer la plancha”, surfear la ola del triunfo simbólico ya obtenido.

De cara al ballotage, el FPV debería abandonar inmediatamente el eje cambio o continuidad por cuanto se lo ha asociado más a una forma y estilo de gobierno que a sus políticas; además  el centro del mismo lo ocupa Cambiemos y no hay tiempo ni espacio para disputarlo. No es aconsejable repetir la fórmula que condujo a malos o insuficientes resultados.

Pero el eje debe centralizarse no en cualquier política sino exclusivamente en aquellas que apuntan a las conquistas populares tangibles y concretas porque el oficialismo es creíble en su enunciación por historia y por presente.

Esta no es una discusión de formas sino de contenido. Y, aún intentando atenuar las formas que reclama un conjunto de la sociedad,  no habría tiempo suficiente para hacerse creíble si se explorara este camino.

En consecuencia, el eje debe ser reemplazado por otro que ponga foco en explicarle a la sociedad que se está eligiendo entre políticas de un gobierno de cara a la gente o un gobierno de espaldas a la gente.

Un gobierno que defiende los intereses populares o un gobierno que defiende los intereses corporativos. Un gobierno para muchos o un gobierno para pocos. Un gobierno de conquistas populares o un gobierno de entrega a los intereses económicos. Un gobierno que “cierre con la gente adentro” o un gobierno que “cierre con la gente afuera”, en resumen, un gobierno para el pueblo o un gobierno a costa del pueblo.

El eje a instalar es un reciclamiento que contiene la histórica antinomia peronismo – antiperonismo porque los intereses populares siempre fueron representados contemporáneamente por el peronismo y los intereses de las corporaciones fueron históricamente mutando en su presentación en sociedad (circunstancialmente hoy se llama “Cambiemos”).

El eje conceptual a instalar de cara al ballotage requiere:

1) operacionalizar los indicadores empíricos que ofician de traducción para el electorado. Decir que se elige entre un gobierno para muchos o un gobierno para pocos puede ser útil conceptualmente pero el electorado entenderá mejor: "vamos a conseguir el 82% móvil para jubilados porque supimos actualizar los haberes jubilatorios 2 veces por año mientras que los dirigentes de cambiemos le bajaron los haberes cuando tuvieron la responsabilidad de tomar esas decisiones".

 2) requiere del trabajo de campo, de militancia territorial sin mezquindades, diagonales ni medias tintas. La miopía del sálvese quien pueda le impide al mezquino ver que inexorablemente se está cavando su propia tumba.

El ballotage es un escenario nuevo, es la ola nueva que viene detrás de una ya surfeada con mayor o menor éxito. Una vez que nos hemos bajado de la ola surfeada en las primarias, el tiempo para subirse a la próxima ola es corto.

Cambiemos ya se subió a la ola del “cambio” y no admite 2 surfistas la misma ola. El desafío del FPV es identificar rápidamente otra ola con características diferentes que sea capaz de transportarlo a la orilla.